Resumen:
Este corto trazado plantea que en masonería hay mucho que corregir
para estar a tono con los tiempos y necesidades de la humanidad. Los
principios deben anteponerse y los objetivos masónicos son ser
mejores y mejorar la sociedad. Para cumplir estos objetivos hay que
prepararse en las logias pues la docencia aporta la teoría, pero
ella debe concretarse en praxis. El problema es ser solo teóricos y
no hacer nada en la sociedad. Esto se debe a estructuras de poder que
no están al servicio de las logias, a la distracción en estructuras
o altos grados, a la vanidad, a estudios simbólicos y rituales
convertidos en fines, a la docencia parcializada que promueve
dogmatismo e intolerancia, a la sobredimensión de lo administrativo,
a luchas de poder y regularidades, a la mentalidad subordinada y
colonial, y a no dar importancia al trabajo tesonero. Las
desavenencias acaban con la fraternidad y desperdician la fuerza de
hermanos y hermanas en conflictos absurdos, mientras ciudadanos
comunes trabajan para enfrentar los lacerantes problemas del mundo
actual. Concluye afirmando que los masones se hacen al Oriente de las
columnas pero hacer masonería es una tarea al Occidente de las
mismas.
En
el mundo masónico hay mucho que corregir si queremos estar a tono
con los tiempos y con los cambios que requiere la humanidad. Y para
eso es necesario hablar, intercambiar ideas, y no utilizar la
muletilla de un mal entendido secreto masónico como pretexto para
encubrir nuestras inconsecuencias. El verdadero secreto masónico es
una vivencia íntima.
Para
este necesario intercambio de ideas comparto las siguientes
conclusiones que he sacado como consecuencia de mi vivencia masónica:
1.
Pienso que en masonería se pierde fácilmente de vista que los
principios deben estar por encima de cualquier otra cosa, y que todo
lo que hagamos debe tener relación directa con ellos. Esta pérdida
de visión hace que desperdiciemos el tiempo en una serie de
actividades que pensamos son importantes pero que en realidad no lo
son.
2.
Considero que los principales objetivos que tenemos son:
a)
esforzarnos en ser cada día mejores en el plano individual, no solo
de palabra, sino en los hechos y desde la perspectiva de quienes
están relacionados con nosotros en los distintos ámbitos en los que
nos desenvolvemos; y
b)
realizar acciones concretas en el seno de la sociedad, con el
objetivo de aportar a que esta sea cada vez más libre, más
igualitaria y más fraterna.
3.
Para prepararnos a fin de cumplir estos objetivos seguimos un proceso
formativo gradual y simbólico, y estamos agrupados en logias que
coordinan nuestras acciones. A su vez, el cometido de las grandes
logias u orientes es coordinar y facilitar el accionar logial.
4.
La docencia masónica nos brinda una TEORÍA, pero nosotros,
individual y grupalmente, estamos llamados a convertir dicha teoría
en PRAXIS. Si esta praxis tiene efectos positivos podremos decir que
estamos logrando la TRASCENDENCIA masónica.
5.
Los trabajos logiales son TEÓRICOS, en función de la docencia, del
análisis de la sociedad en la que nos toca actuar, y de la
determinación de cómo aplicar nuestros principios a realidades
concretas en el aquí y el ahora, y PRÁCTICOS, en función de
coordinar y ejecutar proyectos que concreticen la teoría. Por esto,
un “Programa de Trabajo” no es un “Programa de trabajos”,
pues el objetivo de la docencia es formar masones, incluso masones
ilustrados, pero que actúen en la sociedad. Uno de los grandes
problemas que afrontamos es que solo nos quedamos en la teoría y no
hacemos nada en la práctica, en la sociedad, para que esta mejore.
6.
Considero que lo señalado en los puntos anteriores es lo esencial,
pero que ello se ve limitado o impedido por diversos factores:
a)
La creación o mantenimiento de estructuras de poder que en lugar de
estar al servicio de las logias, para facilitar y coordinar su
trabajo, pretenden controlarlas e imponerse sobre ellas.
b)
La distracción de muchos hermanos de sus cometidos esenciales en sus
logias, por dedicar su tiempo a las estructuras de poder de la Gran
Logia o del Gran Oriente, e incluso a las estructuras de poder
supranacionales.
c)
La distracción de los maestros por dedicarse a hacer una “carrera
masónica” consistente en obtener “altos grados”. Estos grados
resultan perjudiciales cuando cobran prioridad por sobre la
dedicación logial, principalmente en tiempo, cuando traen consigo
conflictos de poder entre hermanos u organizaciones, cuando facilitan
el control de los hermanos que pueden otorgar grados por sobre los
hermanos que aspiran a ellos, cuando se centran solo en estudios
teóricos omitiendo o minimizando la praxis, y cuando la mayoría de
los sistemas que los administran no solo no impiden que su posesión
sea conocida y ostentada, sino que la promueven, pues ello otorga más
poder a quienes otorgan dichos grados.
d)
La vanidad y atentados a la igualdad y fraternidad, que traen consigo
los mandiles y bandas vistosas y la ostentación de condecoraciones,
cargos y grados.
e)
La sensación de poder ficticio que dan los altos cargos y grados,
que no solo alejan a unos hermanos de sus demás hermanos, sino
también de la sociedad, haciéndoles creer que son una élite, bajo
una concepción no democrática similar a la de los viejos partidos
de notables.
f)
Convertir al simbolismo, la ritualidad y otros estudios masónicos en
un fin en sí mismo, en lugar de considerarlos medios que deben
llevarnos a la praxis individual y social.
g)
La docencia parcializada, que en lugar de informar sobre las
diferencias y promover su respeto transforma a las logias en escuelas
de dogmatismo e intolerancia.
h)
La sobredimensión de lo administrativo y lo jurídico que convierte
a las logias y organizaciones masónicas en estructuras burocráticas.
i)
Las luchas de poder por patentes, regularidades, territorios,
ortodoxias o heterodoxias doctrinales, etc.
j)
La mentalidad subordinada y colonial que depende para la acción de
lo que digan autoridades masónicas nacionales o potencias
extranjeras, en lugar de confiar en la base del poder democrático,
es decir el pueblo masónico que está en las logias.
k)
Pensar que el desarrollo masónico o de uno de sus ritos en
particular, en cuanto especial concepción del quehacer masónico,
depende de la distribución de patentes y grados, en lugar del
trabajo tesonero de los masones y masonas en las logias y de éstas
en la sociedad, de acuerdo a sus principios.
Desde
mi punto de vista, las desavenencias y conflictos no solo acaban con
la fraternidad, sino que mantienen a una fuerza potencial de hermanas
y hermanos valiosos enfrascados en discusiones y conflictos absurdos,
perdiendo su tiempo, mientras los ciudadanos comunes de todo el
mundo, que no han sido formados en templos masónicos, alzan su voz
frente a la injusticia, mientras hay 26 países en que la gente se
muere literalmente de hambre, mientras se violan los derechos
humanos, mientras crece la xenofobia y en pleno siglo XXI se pretende
crear guetos, mientras 400.000 migrantes han sido expulsados de los
EEUU solo en el último año, mientras se destroza la naturaleza.
Definitivamente pienso que el “hacerse” masones nace y se
desarrolla al Oriente de las columnas, pero el “hacer” masonería
es un cometido al Occidente de las mismas, en la sociedad, en el
mundo.
Quito,
19 de octubre de 2011, c:. g:.
Fuente:
https://academiafrancmasonicaecuatoriana.wordpress.com/2011/10/21/en-el-mundo-masonico-hay-mucho-que-corregir/#more-262