Resumen: Propuesta para que una nueva Logia de la A.F.E. lleve el
nombre de José de Antepara, amigo de Miranda y hermano de la Logia
de los Caballeros Racionales de Londres, con quien fundaron el
periódico El Colombiano y participaron en la fracasada expedición
invasora. Además Antepara recopiló y publicó los escritos de
Miranda. El obituario escrito por Olmedo menciona que tenía 33 años
de edad, pese a conocer que tenía 52, por lo que al parecer se trata
de una referencia masónica que podría corresponder a diversos
grados y ritos, o a todos ellos. Reproduce el texto de un facsímil
de El Patriota de Guayaquil de 1821 referido a su muerte y en el que
constan sus “33 años de su edad”. Se refiere a las dos versiones
de su fallecimiento, cualquiera de ellas heroica, y se cuestiona,
ética y políticamente, cuál es el deber primordial de un
revolucionario, que puede aportar más con sus luces intelectuales
que con sus dotes de soldado bisoño, y cita los casos de Martí y,
dadas las circunstancias, del Che Guevara. Termina afirmando que
Antepara es uno de los modelos que se ha propuesto seguir y firma
intercalando su nombre simbólico en su nombre real.
En cuanto a la conformación de otra Logia (1), de decidirse que así
sea, propongo adoptar para ella el nombre del Q:. H:. José María de
Antepara y Arenaza, nacido en Guayaquil el 2 de marzo de 1770 y caído
en la acción de armas de Huachi, en diciembre de 1821 (la batalla es
habitualmente conocida como Segundo Huachi, para distinguirla del
combate del año anterior). Lo que conocemos de la vida masónica del
H:. Antepara es suficiente para que le demos esta distinción…
Fue amigo y compañero de Miranda en Londres, y juntos militaron en
la L:. de los Caballeros Racionales en esa ciudad; juntos crearon el
periódico “El Colombiano” (1810), que fue el primer escrito
donde se adoptó el nombre de “Colombia”; juntos vinieron en la
fracasada expedición invasora que organizó el Precursor, y fue
Antepara el primero en recopilar los escritos de Miranda y
publicarlos con el nombre de ambos bajo el título de “South
American Emancipation” (publicado en Londres, en idioma inglés),
como autor figura allí mismo “by José de Antepara, a native of
Guayaquil”.
Es claro que el Q:. H:. Antepara se mantuvo en la O:. y ¿llegó
incluso al grado 33?, pues en el obituario que le dedicó el
periódico “El Patriota de Guayaquil” (28 de diciembre de 1821),
su autor, el Q:. H:. José Joaquín de Olmedo, dejó constancia de un
registro inequívoco, pues habla de su muerte “a los 33 años de su
edad”, cuando al momento Antepara tenía 52 años de vida terrena
(y Olmedo, que lo conocía de muy antiguo, lo sabía perfectamente
bien), que fue el dato que llevó a la equivocación que muy luego
cometería don Camilo Destruge (nunca iniciado en nuestra O:.) quien
tomó literalmente aquello de los 33 años, y confundió a nuestro
Hermano con su sobrino, llamado también José María.
En cuanto a cómo entender “33”, creo (creo porque quiero creer
y, como soy ateo, para mí las creencias y la voluntad de adquirirlas
o son sinónimos o no significan nada) que unos tipos como Bolívar,
Sucre, Olmedo o Antepara (peor aun hallándose en trance de guerra)
no iban a detenerse en nimiedades de detalles ritualísticos.
Proclamo, pues, con mi mente y ante mi corazón que los 33 años del
Q:.H:. José María de Antepara corresponden al de Caballero
Rosacruz, al de Soberano Gran Inspector General y, sobre todo, al de
Gran Arquitecto del Rito Primitivo. Todos juntos. Como el otro Gran
Arquitecto (el del Universo) quiso que estuviéramos los hombres de
buena voluntad y criadillas en su sitio. (2)
Tengo ante mis ojos un facsímil del Nº 5 (II Semestre) de El
Patriota de Guayaquil, que circuló el sábado 22 de diciembre de
1821. Prácticamente la mitad del número (4 páginas) está dedicada
a la batalla de “Guachi” (sic) y a la personalidad de nuestro
hermano.
Transcribo esta última parte, tratando de reproducir la tipografía…
“NECROLOGIA.
EXEQUIAS FUNEBRES
que han celebrado los amigos de
D. JOSE ANTEPARA
a su triste y honorable memoria.
“Hasta ahora nadie ha podido definir si los sentimientos del
corazón del hombre se forman por la naturaleza o por la educación.
En un siglo corrompido; en un país esclavo, a pesar de los grillos
que los tiranos impusieron a nuestra razón, Antepara se ha formado
un alma elevada, que ni el temor ni el dolor doblegaron jamás.
¿Quién hay, de todos los que le conocieron, que no hubiese visto su
energía contra los enemigos y su humanidad con los desgraciados?
Antepara reunió en su persona la severidad de un esparciata, la
generosidad de un romano, la ilustración de un ateniense y la bondad
de un americano. Su memoria será siempre amada de los buenos de
Guayaquil, y ni los mismos españoles que habitan con nosotros podrán
recordarla sin lágrimas.
“En el 9 de octubre de 820, él ha sido uno de los que cooperaron
con sus consejos y entusiasmo a la libertad de su Patria. Nombrado
miembro de la Junta de Vigilancia, consoló a aquellos a quienes la
codicia, el temor o la ignorancia amagaron sin distinción; creado
después Teniente y Secretario Militar, ha llenado sus funciones con
celo. Fue nombrado Fiscal en el Consejo de Guerra Permanente, y es
allí donde ha brillado más su humanidad y la dulzura de su
carácter. Era hombre de Corte, enemigo acérrimo de la injusticia y
de la adulación; el cielo no le había destinado para morir en la
guerra; pero él, demasiado sensible a la más pequeña insinuación
que tocase a su honor, marchó bastante enfermo a la campaña de
Guachi, donde un cúmulo de asesinos le arrancó la vida después de
la acción.*
“Murió el filósofo; la humanidad llora su muerte; y su sangre
inocente, que ha caído sobre nuestros enemigos, será el baldón de
los españoles que le asesinaron rendido.* Su Patria y sus amigos
gimen por él y gemirán eternamente.
“Se le han celebrado honras el 20 del corriente. Un túmulo
sencillo y decente, como fue su vida, ocupaba el fondo del templo;
las columnas y el pavimento estaban enlutados y cubierto éste de
blandones y hacheros. Encima del túmulo se hallaba colocado un
sepulcro y en su pedestal se leía esta inscripción:
AL DIOS DE LOS EJERCITOS
AQUI YACE D. JOSE ANTEPARA
CONDECORADO CON LA MEDALLA
DE LOS LIBERTADORES DE SU PATRIA
MURIO COMBATIENDO POR LA LIBERTAD
EN LOS CAMPOS DE GUACHI
A LOS 33. AÑOS DE SU EDAD
HONOR. PROBIDAD. COSTUMBRES.
TODAS LAS VIRTUDES REPUBLICANAS
ARDIAN EN SU SENO.
SU PATRIA LLOROSA Y SUS AMIGOS
LEVANTAN ESTE MONUMENTO A SU MEMORIA
AÑO DE 1821“
Hasta aquí la transcripción de El Patriota de Guayaquil.
Los asteriscos hacen mención a que existen dos versiones sobre la
forma concreta de su muerte. La una es ésta que aquí consta. La
otra (recogida por Camilo Destruge) consiste en la narración del
combate, en el cual nuestro Hermano Antepara (que actuaba como ayuda
de campo del para entonces general Antonio José de Sucre) se
presentó como voluntario para llevar un mensaje del general a otro
oficial en una zona distante del campo de batalla, para lo cual
emprendió el galope, y fue interrumpido en la mitad de su carrera
por las descargas de fusilería del enemigo, que segaron su vida.
Queda claro que, independientemente de cuál haya sido la forma
concreta de su muerte, nuestro H:. Antepara cayó como un héroe,
aunque siempre nos quedara la duda ética y política acerca de cuál
es el deber primordial de un revolucionario que puede aportar más
con sus luces intelectuales que con sus dotes de soldado bisoño,
como fue el caso de él, de nuestro Hermano José Martí, caído
también en el primer combate en el que tomaba parte o del propio Che
Guevara –él sí un guerrero– que marchó a combatir en Bolivia,
a 4,000 metros de altitud, cuando ni su edad ni su asma lo facultaban
para ello.
La mención hecha por El Patriota a “la pequeña insinuación”
que tocaba su honor, hace referencia indudable a los comentarios
hechos por el militarote (aunque buen patriota) Gregorio Escobedo,
quien se vio “obligado” a compartir el mando luego del 9 de
octubre con los civiles Antepara y Olmedo.
¡Gracias por interesarse por nuestro querido hermano Antepara, a
quien considero uno de los modelos que me he propuesto seguir!
Pedro Ignacio Saad Romero (3)
Notas:
(1)
Este artículo reproduce fragmentos de correos del querido hermano
Pedro Saad de 11 de enero de 2010, en los que sustenta su propuesta
de que una nueva logia de la Academia Francmasónica Ecuatoriana
lleve el nombre de José de Antepara.
(2)
En el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la edad de “33 años”
corresponde al grado 18 Caballero Rosacruz, mientras la edad de “33
años cumplidos” corresponde al 33 y último grado Soberano Gran
Inspector General. En el Rito Primitivo la edad de “33 años”
corresponde tanto al IX y último grado de Gran Arquitecto como a los
miembros del Supremo Consejo. La opinión del autor sobre que dicha
edad pudo corresponder a todos estos grados y ritos no se contrapone
ni con el carácter acumulativo de los grados ni con la costumbre de
pertenecer al mismo tiempo a logias de distintos ritos, teniendo las
lautarinas o primitivas de la época carácter secreto.
(3)
El autor suscribe como “Pedro Ignacio Saad Romero”, intercalando
su nombre simbólico Ignacio Romero en su nombre real Pedro Saad.
FUENTE:
https://academiafrancmasonicaecuatoriana.wordpress.com/2010/01/11/jose-de-antepara/#more-235