En 1717 se federaron cuatro Logias de Londres y Westminster para
formar la Gran Logia de Inglaterra, dando origen a la época moderna
de la masonería. Estas Logias trabajaban mediante la utilización de
Rituales de transmisión exclusivamente oral, utilizados por los
masones constructores de catedrales ya en los inicios de la Edad
Media, siendo poquísimos los documentos que se conservan al respeto
debido a la tradición del secreto masónico.
No es hasta 1823, diez años después de la creación de la Gran
Logia Unida de Inglaterra, cuando se crea en Londres la Logia
«Emulation Lodge of Improvement» con el fin de unificar y depurar
los matices propios de este Ritual, entre otros, su necesidad de ser
trabajado de memoria.
Será tras la Segunda Guerra Mundial cuando, con el fin de limitar al
máximo los cambios surgidos en la misma transmisión oral y para
facilitar su difusión, se publicó por primera vez.
LOS RITUALES ANTIGUOS
Cuando la Francmasonería se transforma de operativa en especulativa
después de una larga evolución que transcurre desde finales del
siglo XVI a comienzos del XVIII, los Rituales se ven lógicamente
afectados por estos cambios.
Estos rituales antiguos nos son conocidos, aunque de manera
incompleta e imperfecta, gracias a ciertos textos ingleses como los
"Old Charges" y los "Early Masonic Cathecisms",
entre otros, así como a numerosa literatura antimasónica francesa
que aparece en esos momentos. Los primeros rituales que conocemos son
de una extrema sencillez: apertura y cierre, oración inicial y
final, obligación tomada por el candidato, comunicación de los
secretos, ágape, etc. Allí podemos encontrar el ritual original del
que se derivarán todos los ritos Masónicos, ramificándose y
diferenciándose. En el siglo XVIII, sobre todo después de la
aparición del grado de maestro, asociado a su leyenda temática cuyo
origen es todo un misterio, el ritual se viste. Uno tras otro, los
elementos de la Francmasonería moderna vienen a aglutinarse
alrededor de los elementos primitivos. Muchos de los adornos serán
efímeros. Otros añadidos subsistirán y las partes más arcaicas se
mostrarán como las más sólidas.
Esta misma época se caracteriza por la rivalidad entre las Grandes
Logias de los "Antiguos" (Antients) y "Modernos"
(Moderns), que no desaparecerá hasta la firma en 1813 del Acta de
Unión que dará lugar al nacimiento de la Gran Logia Unida de
Inglaterra. La investigación histórica nos ha permitido ver que la
"reconciliación" entre los Antiguos y los Modernos fue una
victoria de los primeros, cuya principal queja contra éstos era que
habían abandonado y dejado en desuso grandes fragmentos del ritual,
especialmente venerables por su antigüedad. Es el momento en el que
Rito de Emulación va a nacer.
LA TRANSMISIÓN DEL RITUAL
El ritual primitivo se había transmitido hasta entonces de manera
oral. Cuando la masonería se hace especulativa, la prohibición de
su escritura continuará, garantizada simbólicamente por una serie
terrible de castigos simbólicos. Una reminiscencia de todo ello la
encontramos todavía hoy en día, cuando el candidato se obliga a
jamás "escribir, trazar, esculpir, marcar, etc." los
secretos relativos o pertenecientes, y eso que hoy no solo se
escribe, salvo precauciones criptográficas y omisiones voluntarias,
sino que hasta se imprime.
En 1813 nuestros antiguos Hermanos se habían encontrado delante de
una gran dificultad. ¿Cómo conciliar el respeto a la prohibición
de escribir y la necesidad de proteger el ritual contra las
inevitables alteraciones que se producían de ciudad a ciudad, logia
a logia, debido a la necesidad de llevar a cabo una transmisión
puramente oral? La Gran Logia había recomendado que se produjera una
perfecta unidad (perfect unity) de los trabajos masónicos, pero ¿no
era esto algo tan imposible como la unión del fuego con el agua?
La dificultad se resolvió gracias a una nueva institución que ha
sobrevivido hasta nuestros días: las logias de Instrucción. La
Logia de Instrucción era una clase de logia ficticia, destinada a
hacer repetir las ceremonias como si las "repeticiones"
fueran breves obras teatrales. ¿Acaso una iniciación no es un
auténtico drama sacro? El protagonista no es nunca el Venerable sino
el iniciado. Quien haya entendido esto comprenderá realmente el
espíritu del Ritual de Emulación.
El año 1823 verá el nacimiento de la Emulation Lodge of
Improvement, a la que se dedicará en cuerpo y alma, y hasta su
muerte, un masón significativo, Peter Gilkes (1756 – 1833), del
que nacerá una línea de grandes ritualistas que llegará hasta
nuestros días. Desde 1823, no ha habido un solo viernes que a las 6
en punto de la tarde, Emulation Lodge of Improvement no se haya
reunido para trabajar las ceremonias de los tres grados simbólicos.
El ritual original se ha conservado así puro e íntegro, y podría
decirse que ha permanecido inalterado e inmutable desde 1813. Si se
tiene en cuenta que Peter Gilkes mismo había sido iniciado en 1786
en la British Lodge Nº 8, podemos observar como el Ritual Emulación
se engarza con el practicado en una época muy anterior, lo que a
muchos ha llevado a afirmar que es el más "puro" de todos
los ritos masónicos y el más cercano a sus originales.
La arcaica maldición contra el que osara escribir el ritual no podía
sobrevivir en las sociedades modernas. En el XVIII, un perjuro
llamado Prichard divulga los rituales de los tres grados en su
Masonry dissected (1730). Gracias a él, los historiadores han podido
conocer cómo eran nuestras ceremonias en esos tiempos, y durante
muchos años, fue también de gran ayuda para aquellos Venerables
provistos de mala memoria o perezosos, permitiéndoles leerlo
disimuladamente. Algunas ediciones del Ritual aparecieron no como
propaganda antimasónica sino como ediciones privadas. La Gran Logia
cerró los ojos, incluso cuando también aparecieron impresos los
capítulos del Ritual del Arco Real, pero nunca llegó a autorizar la
existencia de un ritual oficial. En 1969, Emulation Lodge of
Improvement acabó por ceder y publicó una versión del ritual, una
versión autorizada para ellos mismos, pero no para la Gran Logia.
SU VISIÓN DE LA FRANCMASONERÍA
Minoritario en la tradición Masónica española y latina, el Ritual
de Emulación extraña al Hermano que visita una de sus Tenidas por
primera vez. No encontrará ciertos aspectos que a lo mejor tenía
como fundamentales, como por ejemplo, la purificación por los
Elementos. Pero muchos de éstos tampoco son de una antigüedad
inmemorial.
En la segunda parte del siglo XVIII, los elementos herméticos
desembarcarán en nuestras tradiciones. Nacerán en la Europa
central, fruto de la aparición de un interés por las curiosidades
alquímicas, y de allí se introducirán en Francia. Unido al ritual
original, a través de la Estricta Observancia alemana, dará lugar
al nacimiento de todo el Escocismo, de donde surgirá el Régimen
Escocés Rectificado y después el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
La tradicional y arcaizante Inglaterra permanecerá, sin embargo,
apartada. Aunque también cuenta con sus alquimistas, como el
conocido Elías Ashmole y otros muchos, el fenómeno de la absorción
que se ha producido en el continente no cruza el canal, encontrando
acomodo de una manera más marginal y en alguno de los llamados
grados colaterales. El ritual de base permanecerá celosamente fiel
al carácter "operativo" de sus orígenes.
Su origen inglés y la mentalidad inglesa le han insuflado esta
fuerza que hace de él la columna dórica del templo, así como su
alergia a ciertas fantasías imaginativas. La hipótesis guenoniana
(R. Guenon) de una « tradición » primordial, ignorante de la
historia científica, le resulta algo desconocido, extraño e
incomprensible. Su realismo no le deja lugar a ello.
Y gracias a los trabajos desarrollados por la ilustre y reconocida
Logia de los Cuatro Coronados, Nº 2076 (Quator Coronati) desde 1884,
se ha alejado de la vieja concepción mítica de la historia de la
Orden y de lo que se ha llamado Leyenda dorada Masónica. No se
considera continuador de las legendarias Logias de San Juan, ni de
aquellas de los Templarios, ni mucho menos de la Gnosis.
¿Podemos llegar a pensar que su visión de la Francmasonería es la
de una cierta clase de racionalización que nos llevaría a la
creación de una disciplina epistemológica? Creerlo sería negarle
su alma.
En Emulación, los Rituales son un elemento imprescindible y
fundamental. Podemos acudir a ellos para encontrarnos con la visión
que del Arte Real tiene este Ritual.
¿QUÉ ES LA FRANCMASONERÍA?
( WHAT IS FREEMASONRY?)
Un sistema peculiar de moral, enseñado bajo el velo de la alegoría
e ilustrado mediante el uso de símbolos (A peculiar system of
morality, veiled in allegory and illustrated by symbols).
La definición, verdadera y auténtica de la Orden, de sus objetivos
y de su significación espiritual, nos ha sido legada por nuestros
antecesores en estas dos frases, y las desviaciones del Camino
sustitutivo importan poco, ya sean desviaciones pseudo-místicas o
pseudo-racionalistas. La palabra importante, la palabra clave, es
aquí el adjetivo particular. La Orden no es una escuela de
pensamiento sino una escuela de moral, de ascesis. Lo que ofrece a
ese constructor simbólico, que es el iniciado, es una técnica
propia en virtud de su moralización, extraída de lo que las
Constituciones de Anderson denominan Geometría, término que, para
él, es sinónimo del Arte de construir.
Un individuo puede detentar los más altos diplomas universitarios
pero puede no ser iniciable, su piedra bruta no se transformará
jamás en piedra cúbica y permanecerá siempre como una roca porosa.
UN RITUAL Y UN SISTEMA PECULIARES
¿En qué consiste este sistema, esta ascesis? Esencialmente en una
transposición de lo operativo en lo especulativo. Todo gira a su
alrededor. Los ritos de apertura, de suspensión y de retoma de los
trabajos y de cierre tienen todos ellos dos significados: uno
operativo, el otro esotérico.
Ocurre lo mismo con la segunda y tercera de las Grandes Luces, que
reposan complementarias y hablantes sobre la primera y la "más
importante de las tres". El mismo doble sentido se verá
reafirmado, y de qué modo, en la presentación de las herramientas,
del mandil y del tablero trazado. El esoterismo será llevado a los
más altos niveles cuando se refiera a un punto misterioso situado en
medio de un círculo y denominado Centro. ¿Por qué? Los iniciados
lo saben.
El fin supremo de esta ascesis se define, en sentido figurado, en la
edificación del Templo de Salomón, entendiendo por tal lo que se
encuentra en lo más profundo del interior de cada iniciado, que ya
no trabajará más, desde ese momento, en la construcción de una
obra humana, contingente y perecedera, sino
A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. Y es allí, oculto por el
velo del pobre lenguaje humano, donde se encuentra el Secreto
Masónico.
La necesidad de practicar el ritual de memoria, al menos en lo máximo
posible y sin caer en un literal fetichismo, nace de la misma
profundidad del Ritual. Muchos hermanos sinceros han visto como,
cuanto más profundizan en él más lo descubren y, por tanto, más
se inician. Una palabra puede descubrirnos bruscamente nuevos
horizontes insospechados. Es ahí donde el obrero constructor va a
recibir su salario. Por el contrario, quien simplemente lo lee en
logia, hace trampa. No asimilará de su Ritual más que los elementos
superficiales. Incluso, permanecerá profano, y simplemente verá
sólo los dorados de la decoración, sin avanzar más.
En el Ritual de Emulación, al contrario que en otros rituales, se da
un predominio del Ritual sobre las Planchas o Trabajos leídos en los
Talleres. El Ritual de Emulación jamás ha prohibido las Planchas,
pero entiende de buena fe que el corazón de la Masonería se
encuentra en su Ritual y las reserva para las Tenidas donde no hay
Iniciación, Adelanto o Exaltación a realizar. Hacer predominar las
Planchas solo puede dañar al Ritual.
La utilidad de las Planchas aparece en otro nivel. Bien como modo de
expresarse los Hermanos y mostrar sus sentimientos y sensaciones,
sobre todo de aprendices y compañeros en sus correspondientes
talleres de formación, bien como elementos de trabajo en Logias de
Estudios e Investigación que, para cumplir mejor sus funciones, se
abstendrán de iniciar. El ejemplo lo encontramos en Athanor Nº 47
en Castilla, Quator Coronati en Londres y en otros muchos talleres
célebres.
Otra característica personalísima de este Ritual es el Ágape. No
estamos ante una simple cena cordial, entre camaradas, para terminar
la jornada. En su concepción, el Ágape tiene un carácter ritual y
es parte inseparable de la Tenida, de ahí su carácter obligatorio,
ya que es la continuación de los Trabajos bajo otra forma. Los
obreros, habiendo trabajado de forma satisfactoria, merecen ser
recompensados. Es por ello por lo que fuera de estas cenas rituales,
no deben hacerse ni seguirse usos y maneras Masónicos, salvo en lo
que a los brindis respecta.
Estamos ante un nuevo ejemplo de la transposición operativa, pero el
ambiente y el entorno cambian radicalmente. Una Tenida debe
desarrollarse dentro de un ambiente grave, serio, solemne, como
corresponde al hecho de que el V.·.L.·.S.·. se encuentre abierto
en la mesa del V.·.M.·. Si hay desacuerdos o discrepancias entre
Hermanos, es fuera del Templo, en Pasos Perdidos o en el Comité de
Logia donde deben resolverse. Nunca en Logia Abierta. Ello explica el
cese del tuteo, la familiaridad o de ciertos modos y maneras durante
los trabajos en el Templo, mientras que en la cena es todo lo
contrario. Juntos en una mesa, bajo la presidencia de un Venerable
bonachón, la amistad fluye y la alegría desborda. Las tristezas y
las dificultades de la vida profana se han quedado en el exterior,
donde el Retejador monta guardia.
Y, en ráfagas sucesivas, los brindis se hacen símbolo del amor
fraternal, acabando en el recuerdo de todos aquellos masones pobres o
en la desolación, a los que nunca podemos ni debemos olvidar ni
dejar de lado.
Fuente: http://eruizf.com/masonico/ritos/emulacion/masonico82.html