sábado, 27 de septiembre de 2014

Breve Reseña Histórica Del Ritual De Emulación

En 1717 se federaron cuatro Logias de Londres y Westminster para formar la Gran Logia de Inglaterra, dando origen a la época moderna de la masonería. Estas Logias trabajaban mediante la utilización de Rituales de transmisión exclusivamente oral, utilizados por los masones constructores de catedrales ya en los inicios de la Edad Media, siendo poquísimos los documentos que se conservan al respeto debido a la tradición del secreto masónico.

No es hasta 1823, diez años después de la creación de la Gran Logia Unida de Inglaterra, cuando se crea en Londres la Logia «Emulation Lodge of Improvement» con el fin de unificar y depurar los matices propios de este Ritual, entre otros, su necesidad de ser trabajado de memoria.

Será tras la Segunda Guerra Mundial cuando, con el fin de limitar al máximo los cambios surgidos en la misma transmisión oral y para facilitar su difusión, se publicó por primera vez.
LOS RITUALES ANTIGUOS
Cuando la Francmasonería se transforma de operativa en especulativa después de una larga evolución que transcurre desde finales del siglo XVI a comienzos del XVIII, los Rituales se ven lógicamente afectados por estos cambios.

Estos rituales antiguos nos son conocidos, aunque de manera incompleta e imperfecta, gracias a ciertos textos ingleses como los "Old Charges" y los "Early Masonic Cathecisms", entre otros, así como a numerosa literatura antimasónica francesa que aparece en esos momentos. Los primeros rituales que conocemos son de una extrema sencillez: apertura y cierre, oración inicial y final, obligación tomada por el candidato, comunicación de los secretos, ágape, etc. Allí podemos encontrar el ritual original del que se derivarán todos los ritos Masónicos, ramificándose y diferenciándose. En el siglo XVIII, sobre todo después de la aparición del grado de maestro, asociado a su leyenda temática cuyo origen es todo un misterio, el ritual se viste. Uno tras otro, los elementos de la Francmasonería moderna vienen a aglutinarse alrededor de los elementos primitivos. Muchos de los adornos serán efímeros. Otros añadidos subsistirán y las partes más arcaicas se mostrarán como las más sólidas.

Esta misma época se caracteriza por la rivalidad entre las Grandes Logias de los "Antiguos" (Antients) y "Modernos" (Moderns), que no desaparecerá hasta la firma en 1813 del Acta de Unión que dará lugar al nacimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra. La investigación histórica nos ha permitido ver que la "reconciliación" entre los Antiguos y los Modernos fue una victoria de los primeros, cuya principal queja contra éstos era que habían abandonado y dejado en desuso grandes fragmentos del ritual, especialmente venerables por su antigüedad. Es el momento en el que Rito de Emulación va a nacer.
LA TRANSMISIÓN DEL RITUAL
El ritual primitivo se había transmitido hasta entonces de manera oral. Cuando la masonería se hace especulativa, la prohibición de su escritura continuará, garantizada simbólicamente por una serie terrible de castigos simbólicos. Una reminiscencia de todo ello la encontramos todavía hoy en día, cuando el candidato se obliga a jamás "escribir, trazar, esculpir, marcar, etc." los secretos relativos o pertenecientes, y eso que hoy no solo se escribe, salvo precauciones criptográficas y omisiones voluntarias, sino que hasta se imprime.

En 1813 nuestros antiguos Hermanos se habían encontrado delante de una gran dificultad. ¿Cómo conciliar el respeto a la prohibición de escribir y la necesidad de proteger el ritual contra las inevitables alteraciones que se producían de ciudad a ciudad, logia a logia, debido a la necesidad de llevar a cabo una transmisión puramente oral? La Gran Logia había recomendado que se produjera una perfecta unidad (perfect unity) de los trabajos masónicos, pero ¿no era esto algo tan imposible como la unión del fuego con el agua?

La dificultad se resolvió gracias a una nueva institución que ha sobrevivido hasta nuestros días: las logias de Instrucción. La Logia de Instrucción era una clase de logia ficticia, destinada a hacer repetir las ceremonias como si las "repeticiones" fueran breves obras teatrales. ¿Acaso una iniciación no es un auténtico drama sacro? El protagonista no es nunca el Venerable sino el iniciado. Quien haya entendido esto comprenderá realmente el espíritu del Ritual de Emulación.

El año 1823 verá el nacimiento de la Emulation Lodge of Improvement, a la que se dedicará en cuerpo y alma, y hasta su muerte, un masón significativo, Peter Gilkes (1756 – 1833), del que nacerá una línea de grandes ritualistas que llegará hasta nuestros días. Desde 1823, no ha habido un solo viernes que a las 6 en punto de la tarde, Emulation Lodge of Improvement no se haya reunido para trabajar las ceremonias de los tres grados simbólicos.

El ritual original se ha conservado así puro e íntegro, y podría decirse que ha permanecido inalterado e inmutable desde 1813. Si se tiene en cuenta que Peter Gilkes mismo había sido iniciado en 1786 en la British Lodge Nº 8, podemos observar como el Ritual Emulación se engarza con el practicado en una época muy anterior, lo que a muchos ha llevado a afirmar que es el más "puro" de todos los ritos masónicos y el más cercano a sus originales.

La arcaica maldición contra el que osara escribir el ritual no podía sobrevivir en las sociedades modernas. En el XVIII, un perjuro llamado Prichard divulga los rituales de los tres grados en su Masonry dissected (1730). Gracias a él, los historiadores han podido conocer cómo eran nuestras ceremonias en esos tiempos, y durante muchos años, fue también de gran ayuda para aquellos Venerables provistos de mala memoria o perezosos, permitiéndoles leerlo disimuladamente. Algunas ediciones del Ritual aparecieron no como propaganda antimasónica sino como ediciones privadas. La Gran Logia cerró los ojos, incluso cuando también aparecieron impresos los capítulos del Ritual del Arco Real, pero nunca llegó a autorizar la existencia de un ritual oficial. En 1969, Emulation Lodge of Improvement acabó por ceder y publicó una versión del ritual, una versión autorizada para ellos mismos, pero no para la Gran Logia.


SU VISIÓN DE LA FRANCMASONERÍA

Minoritario en la tradición Masónica española y latina, el Ritual de Emulación extraña al Hermano que visita una de sus Tenidas por primera vez. No encontrará ciertos aspectos que a lo mejor tenía como fundamentales, como por ejemplo, la purificación por los Elementos. Pero muchos de éstos tampoco son de una antigüedad inmemorial.

En la segunda parte del siglo XVIII, los elementos herméticos desembarcarán en nuestras tradiciones. Nacerán en la Europa central, fruto de la aparición de un interés por las curiosidades alquímicas, y de allí se introducirán en Francia. Unido al ritual original, a través de la Estricta Observancia alemana, dará lugar al nacimiento de todo el Escocismo, de donde surgirá el Régimen Escocés Rectificado y después el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

La tradicional y arcaizante Inglaterra permanecerá, sin embargo, apartada. Aunque también cuenta con sus alquimistas, como el conocido Elías Ashmole y otros muchos, el fenómeno de la absorción que se ha producido en el continente no cruza el canal, encontrando acomodo de una manera más marginal y en alguno de los llamados grados colaterales. El ritual de base permanecerá celosamente fiel al carácter "operativo" de sus orígenes.

Su origen inglés y la mentalidad inglesa le han insuflado esta fuerza que hace de él la columna dórica del templo, así como su alergia a ciertas fantasías imaginativas. La hipótesis guenoniana (R. Guenon) de una « tradición » primordial, ignorante de la historia científica, le resulta algo desconocido, extraño e incomprensible. Su realismo no le deja lugar a ello.

Y gracias a los trabajos desarrollados por la ilustre y reconocida Logia de los Cuatro Coronados, Nº 2076 (Quator Coronati) desde 1884, se ha alejado de la vieja concepción mítica de la historia de la Orden y de lo que se ha llamado Leyenda dorada Masónica. No se considera continuador de las legendarias Logias de San Juan, ni de aquellas de los Templarios, ni mucho menos de la Gnosis.

¿Podemos llegar a pensar que su visión de la Francmasonería es la de una cierta clase de racionalización que nos llevaría a la creación de una disciplina epistemológica? Creerlo sería negarle su alma.

En Emulación, los Rituales son un elemento imprescindible y fundamental. Podemos acudir a ellos para encontrarnos con la visión que del Arte Real tiene este Ritual.
¿QUÉ ES LA FRANCMASONERÍA?
( WHAT IS FREEMASONRY?)
Un sistema peculiar de moral, enseñado bajo el velo de la alegoría e ilustrado mediante el uso de símbolos (A peculiar system of morality, veiled in allegory and illustrated by symbols).

La definición, verdadera y auténtica de la Orden, de sus objetivos y de su significación espiritual, nos ha sido legada por nuestros antecesores en estas dos frases, y las desviaciones del Camino sustitutivo importan poco, ya sean desviaciones pseudo-místicas o pseudo-racionalistas. La palabra importante, la palabra clave, es aquí el adjetivo particular. La Orden no es una escuela de pensamiento sino una escuela de moral, de ascesis. Lo que ofrece a ese constructor simbólico, que es el iniciado, es una técnica propia en virtud de su moralización, extraída de lo que las Constituciones de Anderson denominan Geometría, término que, para él, es sinónimo del Arte de construir.

Un individuo puede detentar los más altos diplomas universitarios pero puede no ser iniciable, su piedra bruta no se transformará jamás en piedra cúbica y permanecerá siempre como una roca porosa.
UN RITUAL Y UN SISTEMA PECULIARES
¿En qué consiste este sistema, esta ascesis? Esencialmente en una transposición de lo operativo en lo especulativo. Todo gira a su alrededor. Los ritos de apertura, de suspensión y de retoma de los trabajos y de cierre tienen todos ellos dos significados: uno operativo, el otro esotérico.

Ocurre lo mismo con la segunda y tercera de las Grandes Luces, que reposan complementarias y hablantes sobre la primera y la "más importante de las tres". El mismo doble sentido se verá reafirmado, y de qué modo, en la presentación de las herramientas, del mandil y del tablero trazado. El esoterismo será llevado a los más altos niveles cuando se refiera a un punto misterioso situado en medio de un círculo y denominado Centro. ¿Por qué? Los iniciados lo saben.

El fin supremo de esta ascesis se define, en sentido figurado, en la edificación del Templo de Salomón, entendiendo por tal lo que se encuentra en lo más profundo del interior de cada iniciado, que ya no trabajará más, desde ese momento, en la construcción de una obra humana, contingente y perecedera, sino A.·.L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.D.·.U.·. Y es allí, oculto por el velo del pobre lenguaje humano, donde se encuentra el Secreto Masónico.

La necesidad de practicar el ritual de memoria, al menos en lo máximo posible y sin caer en un literal fetichismo, nace de la misma profundidad del Ritual. Muchos hermanos sinceros han visto como, cuanto más profundizan en él más lo descubren y, por tanto, más se inician. Una palabra puede descubrirnos bruscamente nuevos horizontes insospechados. Es ahí donde el obrero constructor va a recibir su salario. Por el contrario, quien simplemente lo lee en logia, hace trampa. No asimilará de su Ritual más que los elementos superficiales. Incluso, permanecerá profano, y simplemente verá sólo los dorados de la decoración, sin avanzar más.

En el Ritual de Emulación, al contrario que en otros rituales, se da un predominio del Ritual sobre las Planchas o Trabajos leídos en los Talleres. El Ritual de Emulación jamás ha prohibido las Planchas, pero entiende de buena fe que el corazón de la Masonería se encuentra en su Ritual y las reserva para las Tenidas donde no hay Iniciación, Adelanto o Exaltación a realizar. Hacer predominar las Planchas solo puede dañar al Ritual.

La utilidad de las Planchas aparece en otro nivel. Bien como modo de expresarse los Hermanos y mostrar sus sentimientos y sensaciones, sobre todo de aprendices y compañeros en sus correspondientes talleres de formación, bien como elementos de trabajo en Logias de Estudios e Investigación que, para cumplir mejor sus funciones, se abstendrán de iniciar. El ejemplo lo encontramos en Athanor Nº 47 en Castilla, Quator Coronati en Londres y en otros muchos talleres célebres.

Otra característica personalísima de este Ritual es el Ágape. No estamos ante una simple cena cordial, entre camaradas, para terminar la jornada. En su concepción, el Ágape tiene un carácter ritual y es parte inseparable de la Tenida, de ahí su carácter obligatorio, ya que es la continuación de los Trabajos bajo otra forma. Los obreros, habiendo trabajado de forma satisfactoria, merecen ser recompensados. Es por ello por lo que fuera de estas cenas rituales, no deben hacerse ni seguirse usos y maneras Masónicos, salvo en lo que a los brindis respecta.

Estamos ante un nuevo ejemplo de la transposición operativa, pero el ambiente y el entorno cambian radicalmente. Una Tenida debe desarrollarse dentro de un ambiente grave, serio, solemne, como corresponde al hecho de que el V.·.L.·.S.·. se encuentre abierto en la mesa del V.·.M.·. Si hay desacuerdos o discrepancias entre Hermanos, es fuera del Templo, en Pasos Perdidos o en el Comité de Logia donde deben resolverse. Nunca en Logia Abierta. Ello explica el cese del tuteo, la familiaridad o de ciertos modos y maneras durante los trabajos en el Templo, mientras que en la cena es todo lo contrario. Juntos en una mesa, bajo la presidencia de un Venerable bonachón, la amistad fluye y la alegría desborda. Las tristezas y las dificultades de la vida profana se han quedado en el exterior, donde el Retejador monta guardia.

Y, en ráfagas sucesivas, los brindis se hacen símbolo del amor fraternal, acabando en el recuerdo de todos aquellos masones pobres o en la desolación, a los que nunca podemos ni debemos olvidar ni dejar de lado.


Fuente: http://eruizf.com/masonico/ritos/emulacion/masonico82.html